MATERIALES
- Huevos
- 2 tachuelas
- Una aguja de coser larga
- Servilletas o papel tisú de colores
- Un bol
- 1 cinta
- 1 pincel
- Fibras de colores
- 1 taza de harina común
- 2 tazas de agua
- Con cuidado, enjuaga los huevos y sécalos.
- Mirando el huevo desde arriba, haz una pinchadura en el centro del huevo con las tachuelas.
- Haz otro agujero en el centro, pero de la parte inferior del huevo (un poco más grande que el otro).
- Deja una tachuela clavada en la parte inferior del huevo.
- Rompe la yema del huevo con la aguja de coser.
- Pon el huevo sobre un bol y, con cuidado, sopla para que la yema caiga en el bol. Debería salir con bastante facilidad.
- Si aún queda yema dentro del huevo, rómpela nuevamente con la aguja (no arrojes la yema a la basura... ¡puedes usarla para hacerte un delicioso omelette!)
- Una vez que toda la yema haya salido, pon el huevo bajo un chorro de agua tibia, y deja que el agua entre al huevo. Cuando el huevo ya esté limpio, sopla para quitar el agua que haya quedado.
- Corta o rompe las servilletas o el papel tisú en trozos pequeños.
- Con cuidado, pinta la mezcla de papel maché sobre el huevo con un pincel.
- Coloca la servilleta o el papel sobre el huevo, y pon más papel maché en la parte superior (te conviene hacer varias capas).
- Cuando esté seco, toma el lazo y enhébralo en la aguja. Luego, pasa la aguja a través de los agujeros del huevo.
- Haz un nudo al final del lazo.
- ¡El huevo ya está listo para colgar!
- En vez de papal maché, también puedes usar fibras de colores para hacer dibujos o diseños sobre los huevos.
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